David ha vivido el fenómeno de las startups casi desde el principio, desde la época de las dotcom a finales de los 90. Lo ha visto nacer, desinflarse y volver a aparecer con fuerza en una segunda oleada. Y por eso precisamente su visión es tan única y tan valiosa.
De aquella primera ola le engancharon la revolución de los negocios digitales e internet, y ya no ha podido dejar de emprender desde entonces. Se lanzó mucho antes que nadie en el mundo de la gamificación y de ahí aprendió a integrar estrategias de user engagement a toda clase de startups, tanto tecnológicas como del mundo de la restauración. En muchas de ellas invierte a título personal desde hace tiempo; ahora desde Startup University.
El resto de su tiempo lo dedica a saborear el resto de sus pasiones: disfrutar de sus hijos, tocar el piano, escribir guiones de cine, –y ya de madrugada– sacar a pasear a sus perros.